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jueves, 22 de octubre de 2009

Amor Ante los ojos de la luna

Amor ante los ojos de la luna

Era de noche y corríamos en el bosque, hacia frío y llovía, un manto de nubes grises aterciopeladas y muy espesas tapaba casi completamente las estrellas en el cielo y la luna ahora se reducía a pequeños reflejos llenos de luz que se veían como a través de una cortina.

Bajo nuestros pies, mientras corríamos podíamos sentir cada hoja de pasto tierno y verde humedecido por la gran cantidad de pequeñas gotas que se deslizaban desde el cielo, caían en picada y se estrellaban como suicidándose con el suelo, y a nuestro alrededor decenas de miles de árboles grandes y frondosos que susurraban con el pasar del viento, casi señalaban con sus ramas indicando caminos enredados entre sí, enmarañados por la suave y gélida neblina que recubría todo.

Paso un rato y otro mas… entre nuestras carcajadas y burlas mezcladas con el sonido de nuestros pasos, de nuestras respiraciones agitadas y tal vez algo cansadas, encontramos un claro que de no ser por la lluvia, estaría inundado por la luz de la luna; decidimos quedarnos descansando un poco, nos sentíamos agotados pero las sonoras carcajadas continuaban.

Y ahí entre cada sonrisa nos fuimos acercando, nos tomamos de las manos… nos besamos y nos perdimos; cada beso era mas suave y placentero que el anterior y a la vez mas impetuoso… y lentamente acostados en la nada del bosque nos desnudamos. Quería saborearlo, lo deseaba, yo… lo amaba.

Recorría cada centímetro de piel descubierta con mi lengua, mis labios se movían desde su boca, pasando por su cuello, saboreando su pecho y sus pezones, me hundía en su ombligo hasta llegar a su pene erecto y rosado, con mis manos acariciaba su cuerpo, su piel tan suave como aquella neblina que nos envolvía, y mientras tanto mi lengua se enredaba en forma de espiral en su pene absorbiéndolo todo desde su hinchada y tensionada cabeza hasta su firme y grueso tronco como si quisiera tragármelo.

Con el pasar de los minutos aquellos sonidos alegres llenos de cansancio se volvieron gemidos que Iban y venían sedientos de mas, ambos recorríamos nuestros cuerpos, palpando, oliendo, saboreando cada rincón de piel, cada cabello… cada gota semisalada de sudor, cada olor acido y atrayente de nuestros penes. Con fuerza pero delicadamente tomé su cintura y le di la vuelta, me acosté sobre el y mordí sus orejas mientras mi pene hambriento rozaba con sus nalgas.

Luego, cuando estábamos lo suficientemente excitados lo penetre, con firmeza y muy despacio introduje mi miembro en su ano; y el gimiendo y gritando por el doloroso placer pedía mas. Los gemidos se volvieron pronto en placenteros sollozos y lagrimas que se deslizaban mezcladas por el sudor en rostros rebosantes de felicidad. De a poco, fui aumentando la velocidad con la que lo penetraba y con la que lo masturbaba.

De repente casi al final de un camino de clímax que finalizaría en nuestro orgasmo el dijo gritando que me amaba y no soporte la idea de haber escuchado aquellas palabras que en muy pocos segundos convirtieron mi mundo en un lugar mas feliz, mas soportable… mas agradable. Eyacule dentro de él al mismo tiempo que Onix mi amado lo hacia en mi mano izquierda, todo se quedo en un perfecto silencio y equilibrio después de eso.

Cuando mire al cielo, la luna grande y plateada tan luminosa como para atravesar la dura oscuridad, se abrió paso entre las nubes e ilumino aquel claro, como curiosa de vernos de observar al sujeto culpable de tal exclamación, de tan hermosa afirmación de amor. Y nos vigilo por el resto de la noche, permanecimos ahí inmóviles fatigados, desnudos… abrazados, pequeños murmullos casi inaudibles salían de nosotros repitiendo únicamente… te amo.

Ahora no puedo decir mas por que tengo miedo de darme cuenta que él ya no está, tengo tanto miedo de llorar en nombre de su partida. Ahora no quiero saber que se ha ido de mi lado y prefiero pensar que donde se encuentre aun me lleva en su corazón.

Tal vez ahora no me escuche pero confiare en que la brisa llevará mis palabras a sus oídos y el sabrá que aún lo amo con cada fuerza de mi ser.

viernes, 28 de agosto de 2009

Supernova

Supernova

Sal fuera de tu casa
Y mira…
En los cielos de occidente
Una estrella roja como sangre
Brilla…

Titilando…
Desesperada por un poco de alegría
Puedes oír su voz que clama…
Por una simple sonrisa?

De incontables penas esta llena
Su desdicha…
Innumerables lágrimas ha arrumado
En su larguisima vida
Sollozos solitarios la acompañan en penumbra
Mientras espera para ser vista…

Extiende tus brazos…
Lo mas que puedas, y tómala…
Con un beso hazle saber…
Que la amas…

Otoño

Otoño

Sigo caminando…
Entre rosas otoñales, hojas secas…
Colores calidos que caen como fuego…
Viento frío que anuncia el invierno
Tardes calurosas, una llamarada sobre nuestros cuerpos

Cada hoja cae suavemente… flota
Se desliza entre la brisa
Y aterriza sobre nuestra tibia piel

Sudamos… sollozos y suspiros
Surgen de entre las rosas
Caricias suaves como viento
Lagrimas hirvientes que recorren nuestro lecho

Labios calientes, apasionados
Besos refrescantes
Salivas picantes… que recorren nuestras bocas

Entre las rosas otoñales
Se escuchan los gemidos, los lamentos… las respiraciones
Agitadas calurosas, pieles color canela que se acarician…
Mientras transpiran

El gran sol brillante y naranja…
Se oculta, coloreando el cielo de rojos…
Como llamas las nubes se apagan y oscurecen…

Anochecer, llegas tarde
Amantes otoñales bajo el calor del sol…
Luna, hermosa luna color plata
Saliste antes para espiar nuestro amor?

Otoño, que pinta todo como si fuera fuego
Vientos que elevan los sueños
Y al final…
La llegada del triste solitario y acogedor invierno…
Y despide nuestro otoño…

Danza

Danza


Sombras danzantes…
Miradas fijas en los movimientos
Pasiones mezcladas al son de cada verso…
Vidas enlazadas, con el ritmo entre las sombras

Risas escandalosas…
Felicidad hecha una con el sudor
Euforia…
Amores pasados con el sonar del baile

Aromas ácidos…
Temas picantes…
Danzas exorbitantes… cigarrillos humeantes

Suaves caricias
Notas sutiles… bailarinas que se elevan en el aire
Noche calurosa… luna envidiosa
Canciones de amor que invitan…
La danza…

Invierno

Invierno

Se deslizan…
Mujeres pálidas, de vestimentas blancas
Aterciopelados cabellos plateados
Penetrantes ojos negros

Caen… flotan…
Copos estrellados se chocan en el suelo
Sopla el viento, y con el llega madre invierno
Dura, tan fría… tan frígida
Nos congela, nos acaricia…

Impotencia
Soledad…
Lagrimas y sangre congeladas
Manchan el blanco…
Recorren el camino… susurros perdidos

Promesas rotas… espíritus distantes
Amores incompletos
Que se pierden, en la suave niebla
Se esconden entre las luminosas nubes

Caricias lejanas, esperanzas compartidas
Nos descongela…
Se derrite, se derrite el vacío…
Ya no hay hielo, no hay mas nieve
Pero continúa…
Un corazón frío

Vagando, de un lado a otro
Desesperado…
Corre, grita
Llora… muere… invierno

lunes, 24 de agosto de 2009

Luces

Luces…
Malditas las luces adictivas a la vista
Malditas las luces que me dejan ver todo como es
Malditas las luces que me dejaron ver el color

Luces, malditas luces
Que no se apagan hasta que se derrame el dolor
Malditas luces que no dejan nada a la imaginación
Malditas las luces, que iluminan la sangre y el sudor

Luces malditas que dejan ver las lágrimas y el amor
Luces, malditas luces
Que me permiten ver la belleza y el licor

Pero al final…

Maldita oscuridad…
Que se fue y me dejo ver la luz…
maldita la oscuridad que se fue
Y no me dejo
Seguir pensando que mi mundo existía
Más allá de la imaginación

Maldita la oscuridad que se fue…
y me dejo conocer la belleza y el amor…

domingo, 23 de agosto de 2009

Onix

Onix

En mi corazón tú nombre esta escrito…
Indeleble como el encausto de los reyes
Mi sangre clama tu nombre…
Y mi cuerpo no resiste las ganas de abrazarte

Tus ojos me trasportan al interior…
De un territorio conocido…
Que muero por amar…

Mis alas solo ruegan…
Por poder cobijarte… y darte de su calor…
Noches eternas ha pasado mi alma…
Esperando solo para ver tu sonrisa…

Ante las luces del mundo ruego…
Solo para hacerte saber que te amo…

En mi camino encontraras huellas de sangre…
Que te llevaran a mi espíritu que solo piensa en tu nombre
Mi energía quiere mostrarte que no hago parte…
De la fetidez de este mundo

Quiero acompañarte…
Con mi esencia y mi sangre…
En el amanecer de los tiempos… y hacerte saber…
Que… te amo…

sábado, 22 de agosto de 2009

Mi angel

Mi Ángel

Anoche…
Mientras meditaba con el danzar del humo de un cigarro, mientras escuchaba el canto del viento, entre rayos violetas, truenos desgarradores, y relámpagos que cobijaban con su luz mi alma; se produjo un destello de una luz oscura que descendió del cielo hacia donde yo estaba, de repente ante mi apareció una figura hermosa, tan perfecta, como la sangre, tan fuerte y vivaz que no parecía algo del mundo que conocemos.

Era un ángel que vino a mí. Inmediata mente me envolvió en sus alas negras, y lo único que pude hacer fue admirar su belleza, sus alas negras envolviendo todo mi cuerpo, sus ojos tan negros y penetrantes que cuando los miraba fijamente sentía como caía en un abismo tan profundo que pude haber llegado hasta las profundidades de el centro de la tierra, sus labios rojos que imitaban el color de la sangre, y un cabello de un azul que parecía de media noche.

De repente levanto su mano y poso delicadamente un dedo sobre mi frente, mi mente se quedo en blanco, en paz, mientras despertaba lo más profundo de mi alma. Cuando abrí los ojos me descubrí con aquel hermoso ser a mi lado, en el infinito de una galaxia perdida.

Puede sentir como mi sangre llenaba todos los rincones de mi cuerpo, y entonces mi ángel hablo, con una voz tan suave y aterciopelada como el canto de una de aquellas sirenas de los mares de antaño; y me dijo: “vine por que tu me has llamado”, no pude mover mis labios para responder, y entonces en mi mente se escucho una vos, sabía que provenía de mi, pero no era la mía, era tan parecida a la de aquellos truenos desgarradores que envenenaban todos mis sentidos, y dije: “si, yo te he llamado, ahora es cuando mas te nesecito”.

Cuando menos lo esperaba el volvió a hablar, y desapareció. Mientras mi cuerpo volvía en si y despertaba de aquel hermoso encuentro, mientras dejaba atrás esa extraña galaxia.

Cuando mi alma volvió totalmente en mi cuerpo, empecé a recordar aquel extraño encuentro.

Jamás olvidare sus ultimas palabras, “dentro de ti reside una magia tan grande y tan necesaria para el mundo; esa es tu bendición y tu maldición, estas destinado a cuidarla, usarla y protegerla solo…”

“jamás olvides que hay un ángel que te ama, y te protege…”

Anoche…
Me visito un ángel hermoso, anoche vino a mi, mi ángel guardián, anoche al fin entendí por que aun no he conocido el amor, al fin comprendí que en algún lugar esta esperando por mi la persona que desahogara mi magia, la persona que sacara de mi el amor, la verdadera magia…

Soledad


Tendido en el suelo siento como las frías gotas
De lluvia se estrellan con mi piel…


Siento como poco a poco mi sangre se congela
Mientras el aire transporta el sonido
De los infinitos y dolorosos sollozos
Que acurrucan el dormitar de mi ser…


Siento el olor a sangre con agua
Que poco a poco inunda el mausoleo de mi cuerpo…
Siento, la vida… la veo abandonarme…


Solo la luna ilumina la soledad en la cima
De la gran montaña de mi alma
A la vez el perturbador y mortuorio frió
Penetra por mis heridas hasta llegar a mis huesos


Veo la noche negra e infinita que me cobija
Mientras sierro mis ojos…
Mientras me congelo por dentro


Siento como se desvanecen mis alas, y mi gran magia
Cuando mi corazón suplica compasión
Por cada una de las heridas
Que le seguirán siendo inflingidas


Siento… siento como me congelo
Y como el alma se me sale del cuerpo
Siento que de mi se apodera, siento… la soledad